Ana Estela i Gallach

La tercera funció de la racionalitat i la més complexa és ENRAONAR a través de BONES ARGUMENTACIONS. Es la funció més típicament humana, encara que a hores d'ara, sembla en desús. Sembla importar-nos més l'opinió, tenir una opinió que saber justificar-la. 

Tanmateix, a l'àgora atenesa, era molt important saber defensar les pròpies opinions, parlar de forma convincent, elegant, amb discursos bells, signe de bellesa interior.


A continuació vos propose algunes activitats sobre l'art de la paraula i l'argumentació.

Activitat 1

Contesta per anar aclarint un poc els teus pensaments ...
  1. Si consultes als teus pares si pots sumar-te a la vaga i et diuen que no, que ells són els que han de decidir, estan donant-te una "bona raó"?
  2. Es una "bona raó" per eixir amb un xic o xica que puga ajudar-te als estudis?
  3. Com pots convèncer a un amic o amiga de què tens una "bona raó"?
  4. Es una "bona raó" per aprovar a l'alumnat considerar exclusivament la seua classe social o que ha estat malalt durant una bona part del curs?
  5. Per a què argumentem els humans?

Activitat 2

Fedre en el següent fragment, conegut com el mite de les cigales, respon a la pregunta que li fa Sòcrates sobre si necessitem escriure i parlar bé.

Llig-lo i contesta:
  1. Anota quin és el tema del fragment. Són les cigales, realment del que parlen?
  2. Indica quina és la tesi de Plató sobre el tema anterior.
  3. Es semblant el plaer que et produeix un bon menjar quan tens fam que el que et dona escoltar una peça musical? Justifica la teua opinió.
  4. Indica en manifestacions artístiques que tinguen com a suport fonamental el llenguatge, les paraules, l'escriptura i raona la importància de l'art en la vida de les persones.


Fedro
¿Es posible que me preguntes si debemos? De qué serviría la vida, si no se gozase de los placeres de la inteligencia? Porque no son los goces, a los que precede el dolor como condición necesaria, los que dan precio a la vida; y esto es lo que pasa con casi todos los placeres del cuerpo, por lo que con razón se les ha llamado serviles.
Sócrates
Creo que tenemos tiempo. Lo que me parece es que las cigarras, que cantan sobre nuestras cabezas, y conversan entre sí, como lo hacen siempre con este calor sofocante, nos observan. Si nos viesen en lugar de mantener una conversación, dormir la siesta como el vulgo, en esta hora del medio día al arrullo de sus cantos, sin ocupar nuestro entendimiento, se reirían de nosotros, y harían bien; creerían ver esclavos que habían venido a dormir a esta soledad, como los ganados que sestean alrededor de una fuente. Si por el contrario, nos ven conversar y pasar cerca de ellas, como el sabio cerca de las sirenas, sin dejarnos sorprender, nos admirarán y quizá nos darán parte del beneficio que los dioses les han permitido conceder a los hombres. [311]
Fedro
¿Qué beneficio es ése? Me parece que nunca he oído hablar de él.
Sócrates
No parece bien que un amigo de las musas ignore estas cosas. Dícese que las cigarras eran hombres antes del nacimiento de las musas. Cuando éstas nacieron y el canto con ellas, hubo hombres, que de tal manera se arrebataron al oír sus acentos, que la pasión de cantar les hizo olvidar la de comer y beber, y pasaron de la vida a la muerte, sin apercibirse de ello. De estos hombres nacieron las cigarras, y las musas les concedieron el privilegio de no tener necesidad de ningún alimento, sino que, desde que nacen hasta que mueren, cantan sin comer ni beber; y además de esto van a anunciar a las musas, cuál es, entre los mortales, el que rinde homenaje a cada una de ellas. Así es que, haciendo conocer a Terpsícore los que la honran en los coros, hacen que esta divinidad sea más propicia a sus favorecidos. A Erato dan cuenta de los nombres de los que cultivan la poesía erótica; y a las otras musas hacen conocer los que las conceden la especie de culto que conviene a los atributos de cada una; a Caliope, que es la de mayor edad, y a Urania, la de menor, dan a conocer a los que dedicados a la filosofía cultivan las artes que les están consagradas. Estas dos musas, que presiden a los movimientos de los cuerpos celestes y a los discursos de los dioses y de los hombres, son aquellas cuyos cantos son melodiosos. He aquí materia para hablar y no dormir en esta hora del día.
(Fedro, 258d-259a-d, Ed. Gredos, Madrid. Trad. Patricio de Azcárate)

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